Como ya os avancé en la entrada anterior: ¿Cuál es la función de la escuela?, ahora os quiero explicar en qué consiste la Teoría de la resistencia.
Como respuesta a las teorías de la reproducción que sobrevaloran la dominación de las estructuras sociales sobre la acción humana, surgen las teorías de la resistencia y de la producción cultural.
El modelo de la reproducción, al asumir una concepción unidireccional de la ideología como falsa conciencia, es decir, conjunto de ideas procedentes de la clase dominante que es impuesta como forma de ver el mundo a los dominados, ignora las contradicciones y formas de resistencia, tanto individual como grupal, que todo poder o dominación generan.
Si la reproducción de la sociedad mediante la cultura escolar se lleva a cabo en un proceso de dominación unidireccional, es necesario conocer cómo se lleva a cabo el proceso de transmisión cultural para, a partir de las resistencias reconocibles y de las alternativas posibles, poder modificarlo.
Los autores que asumen esta teoría son: Paul Willis, Henry Giroux, Michael Apple y Jean Anyon.
Paul Willis: Escuela y producción.
Sostiene que las escuelas son centros de producción cultural, donde se oponen varias culturas que interaccionan entre sí: la cultura oficial o dominante y las culturas de los alumnos pertenecientes a las clases trabajadoras, a grupos étnicos minoritarios o al género femenino, que aparecen como culturas dominadas. El problema es que no se puede aportar elementos de oposición, es decir, de alternativa y de cambio ante lo que se presente como dominado.
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Henry Giroux: pedagogía crítica.
Se basa en dos teóricos: Antonio Gramsci y Paulo Freire. Del primero toma el concepto de hegemonía, que le sirve para explicar cómo se ejerce la dominación desde el control social que supone la ideología. Además, lo que Gramsci dice que las clases subordinadas tienen de cultura propia, el sentido común, es considerado por Giroux el principal mecanismo posible de resistencia. Y basándose en el concepto de concienciación de Freire, propone lo que llama una pedagogía crítica, a través de la cual crear prácticas alternativas dentro de las nuevas esferas públicas alternativas que considera deben ser las escuelas.
Su punto de partida es la idea de que las escuelas no son neutrales, sino que son, a la vez que instancias productoras de prácticas reproductoras del statu quo, espacios donde los diferentes agentes pueden producir conocimientos y prácticas alternativas. Critica, de esta forma, las teorías de la correspondencia y de la reproducción cultural.
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Michael Apple: maestros, ideologías y libros de texto.
Dentro de las teorías de la resistencia, también encontramos los estudios sobre el currículum de Michael Apple.
El estudio del currículo, es decir, de lo que se considera conocimiento escolar apropiado y de los principios utilizados para su selección y valoración, permite, en su opinión, examinar la reproducción cultural y económica de las relaciones de clase de las sociedades desiguales, es decir, de la creación y recreación de la hegemonía. Los contenidos curriculares y los modos que tienen de organizarse y manifestarse en las aulas actúan como conformadores ideológicos que crean formas de conciencia que posibilitan la regulación social mediante el consenso.
Por otro lado, Apple considera los libros de texto como mercancías culturales, ya que incorporan tanto la lógica mercantil del beneficio económico como la definición e imposición de formas culturales determinadas.
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Jean Anyon: el currículum oculto.
Anyon analiza el contenido de los libros de texto escolares como manifestación del currículum explícito, llegando a establecer que las omisiones, distorsiones y falsas representaciones en los textos reflejan la estructura social.
Señala que los libros de historia sirven para magnificar y legitimar la presencia y hegemonía de determinados grupos sociales (aristocracia, militares, comerciales, varones, etc.) a expensas de otros (trabajadores, afroamericanos, mujeres, etc.), ya que dan una versión de la historia que naturaliza y apoya a los grupos victoriosos y dominantes.
Además, Anyon estudia el currículum oculto llegando a las siguientes conclusiones:
- En las escuelas de clase trabajadora, la vida en su interior viene marcada por la resistencia que los alumnos oponen a las exigencias escolares.
- En la de clase media, lo está por la ansiedad ante las oportunidades escolares y sociales de promoción.
- En la escuela para familias acomodadas, la vida en su interior la marca el narcisismo.
- Y en la escuela para la élite, es la idea de excelencia la que marca la pauta.
Las formas como esos currículos favorecen una relación determinada con el mundo del trabajo se explicitan en métodos y técnicas diferenciadas.
Así, en las escuelas de clase trabajadora observó que las tareas que tenían lugar en su interior preparaban para un trabajo mecánico y rutinario, mediante el aprendizaje memorístico. En la escuela de clase media, el hecho de encontrar una mayor precisión conceptual y un menor énfasis en las habilidades, junto a un aumento de contenidos, le llevó a pensar a Anyon que así es como les preparan para trabajos de tipo administrativo.
En la escuela para hijos de profesionales, el currículum oculto, la continua realización de trabajos creativos y exposiciones individuales de sus propios descubrimientos, era para Anyon la prueba de cómo transmitía el capital cultural adecuado para un trabajo más liberal. Por último, en la escuela para hijos de dirigentes y grandes empresarios, lo que se transmitía era una visión clásica y academicista, donde a través de la búsqueda del razonamiento y la resolución de problemas, preparaban para las funciones de alta dirección a que sus alumnos estaban destinados.
Jean Anyon señala que la escuela no puede ser vista de forma mecánica y sin problemas como un lugar de reproducción social y cultural. La escuela es un lugar de lucha y, a través de la intervención sobre el currículum, la pedagogía y las prácticas educativas, es posible algún tipo de cambio.
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REFLEXIÓN
Una vez vista la teoría de la resistencia, me pregunto ¿realmente podemos resistirnos al discurso oficial? ¿Cómo?
No sé si podemos resistirnos y cambiar la concepción de la escuela, es decir, convertirla en un lugar donde no sean visibles las diferencias de ningún tipo y donde se pretenda que los niños puedan desarrollarse de una forma feliz y eficaz, al margen de la ideología dominante.
Creo que es complicado poder cambiar, porque nos viene “impuesto” de alguna manera, qué tenemos que enseñar, cómo enseñarlo y cuándo. Se nos pide adaptarnos a los nuevos tiempos, ser innovadores, ¿pero realmente podemos serlo? Si luego no podemos “salirnos” del libro de texto y de lo que en él se trabaja. Podemos hacer pequeñísimos cambios dentro de nuestra aula y con nuestro grupo de alumnos, incluso podemos “resistirnos” al discurso oficial trabajando lo que está oculto, es decir, creando un currículo alternativo. Pero no serán muy significativos puesto que tenemos que seguir la línea pedagógica del centro, que por desgracia reproduce la ideología dominante. En definitiva, por mucho que queramos cambiar, estamos sujetos a una estructura externa.
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FUENTES CONSULTADAS:
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